Escuela Hípica San José

Para mí la equitación más que un deporte o una disciplina es una pasión, algo que hago con mucho amor. Conectar con un animal de 200 kilos al momento de saltar, galopar o darles panela cuando hacemos algo bien; nos hace sentir que no es solo es el caballo, es el jinete y el equino. Cuando hay una conexión no hay nada que nos detenga. Me parece que la escuela es increíble, la teacher Sandra es un amor de persona, se ríe con nosotros, nos regaña a veces y no nos deja rendir, llevo 7 años y medio más o menos en la escuela hípica y  mi Rey es el mejor compañero que he podido escoger para esto, y no me cabe duda de que somos el mejor binomio.

La equitación me ha inspirado y motivado. Cada vez que sé que me toca clases es como un motor que me lleva a hacer las cosas más rápido, más organizado. El montar a caballo aumento mi seguridad y autoestima, demostrándome a mí misma de los retos que puedo ser capaz de lograr. Además, el poder compartir con mis amigos el gusto por caballos y montar es lo mejor. Llevo más de un año montando y la escuela de equitación me ha dado las herramientas para mejorar mi concentración y disfrutar de la adrenalina que es montar a caballo.

Mi nombre es Simón Barrera Ruíz, estoy en 9° grado y soy parte de la escuela hípica San José Campestre. Llevo 5 años siendo parte de la escuela hípica, y sin duda, no me arrepiento de nada, al día de hoy es una experiencia increíble, ya que para mí, la equitación es una forma de liberación. La sensación de montar a caballo es algo liberador, algo increíble, algo indescriptible emocionalmente, la conexión que necesitas tener con el caballo consume toda tu atención de forma tan profunda que te hace olvidar de el resto de cosas, te hace olvidar durante un momento todo lo que tienes en la cabeza para dar tu máximo en el dúo entre el caballo y tú, y si esto te apasiona y te gusta de verdad, no hay cosa que te haga más feliz que esto. Aparte, no hay mejor espacio para practicar esta majestuosa pasión que la escuela hípica San José Campestre, y es que es una forma de enseñar tan noble que hasta los caballos te transmiten alegría y felicidad, la profe Sandra te motiva y se asegura de mantenerte emocionado e ilusionado por esa pasión. Los espacios son muy amplios y eres capaz desde el primer momento, la libertad y tranquilidad que tienen los caballos, desde un primer instante notas el buen trato, el cariño y aprecio que se le da a los caballos y a los jinetes, es un ambiente perfecto para pasarla excelentemente bien. Créanme cuando les digo que en el momento en el que ingresen a la escuela, a partir de ahí, serán años maravillosos, rodeados de felicidad y personas increíbles, definitivamente una experiencia inimaginable e increíble. Si tienen la oportunidad de ingresar a la escuela hípica, ¡No lo duden, y prepárense para una maravillosa nueva etapa en su vida!.